Maria Luisa Alvarado Barrantes

Maria Luisa Alvarado Barrantes was born on July 31st, 1955 in Lima, Peru. Maria Luisa was an exemplary mother, sister and daughter, whose life was a constant source of inspiration and strength for those around her. From a young age, she demonstrated tireless perseverance, resilience, and intelligence in everything she undertook, standing out academically and professionally, not only in Peru, but also around the world. Her life was marked by dedication and deep love for her family, with her proudest accomplishment being an amazing mother to her daughters, Gabriela and Valeria. Maria Luisa was known for her unwavering commitment to her beautiful daughter with Down Syndrome, Gabriela.

Her career allowed her to travel around the world, where she developed programs that provided housing to hundreds of communities in developing countries. Her professional life was a testament of her commitment to excellence by holding positions of great responsibility with honor and humility. She always left behind a personal and professional impact in every organization that she worked.

Maria Luisa found joy in spending time with her family, traveling, going to the beach, pursuing her passion for art, design, landscape architecture, collecting Peruvian folk art, and eating good Peruvian cuisine. Maria Luisa’s light will forever shine in our lives, reminding us of the value of unconditional love, fighting for our loved ones and the tireless pursuit of our dreams. Maria Luisa’s love for life leaves a legacy of service, adventure, humanity, and community spirit that will be cherished and remembered by all who were fortunate to know her.

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Maria Luisa Alvarado Barrantes nació el 31 de Julio de 1955 en Lima, Perú. Maria Luisa fue una madre, hermana e hija ejemplar, cuya vida fue una fuente constante de inspiración y fortaleza para quienes la rodeaban. Desde pequeña demostró incansable perseverancia, resiliencia e inteligencia en todo lo que emprendió, destacándose académica y profesionalmente, no solo en el Perú, sino también en el mundo. Su vida estuvo marcada por la dedicación y el profundo amor por su familia, y su logro más orgulloso fue ser una madre increíble para sus hijas, Gabriela y Valeria. María Luisa era conocida por su compromiso inquebrantable con su hermosa hija con Síndrome de Down, Gabriela.

Su carrera le permitió viajar por todo el mundo, donde desarrolló programas que brindaron vivienda a cientos de comunidades en países en desarrollo. Su vida profesional fue testimonio de su compromiso con la excelencia al ocupar puestos de gran responsabilidad con honor y humildad. Siempre dejó un impacto personal y profesional en cada organización en la que trabajó.

María Luisa encontraba felicidad al pasar tiempo con su familia, viajar, ir a la playa, perseguir su pasión por el arte, el diseño, la arquitectura paisajista, coleccionar arte popular peruano y comer buena comida peruana. La luz de María Luisa brillará por siempre en nuestras vidas, recordándonos el valor del amor incondicional, la lucha por nuestros seres queridos y la búsqueda incansable de nuestros sueños. El amor de María Luisa por la vida deja un legado de servicio, aventura, humanidad y espíritu comunitario que será apreciado y recordado por todos los que tuvieron la suerte de conocerla.

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